sábado, 7 de abril de 2012

Requisitos Textuales

Requisitos textuales:
Existen algunos rasgos que diferencian a los textos de los simples fragmentos o de un conjunto inconexo de enunciados. Para que un texto funcione en un acto de comunicación, debe satisfacer unas determinadas exigencias de adecuación, coherencia, cohesión y corrección.
         Adecuación:
Si durante una comida queremos pedir un salero, podemos construir varios mensajes diferentes:



Pásame la sal.


¿Me Puedes acercar la sal?


¿Va usted a utilizar la sal?


Un salero, por favor.


Esto quiere decir que para expresar los mismos contenidos o para conseguir los mismos propósitos la lengua presenta diversas posibilidades. Se elige una u otra según circunstancias que rodeen a la comunicación. Para elaborar textos adecuados hay que escoger de entre todas las posibilidades que la lengua ofrece la más apropiada para cada situación.
La adecuación depende de diversos factores:
  • ­  El destinatario: al que se dirige un texto y la relación existente entre este y el emisor. No hablamos igual, por ejemplo, a un amigo con una persona que no tenemos relación. Algunas cuestiones como el tratamiento (tulvos, usted) o la elección del vocabulario (¡Hola! ¿Que tal?, Buenas tardes) dependen del destinatario.
  • ­  La situación: la situación en que se produce el texto ayuda a interpretarlo adecuadamente, ya que se encarga de desvelar las circunstancias que lo rodean. La información que proporciona la situación puede ser estrictamente lingüística o extralingüística, esto comprende el conjunto de circunstancias contextuales en que se inscribe el mensaje.
  • ­  El medio: oral o escrito por el que se transmite el mensaje.
Las variaciones  de la forma de expresión en función de los factores anteriores se denominan registros. Utilizamos, por ejemplo, un registro formal cuando estamos en una consulta médica e intentamos expresarnos con el máximo respeto hacia nuestro interlocutor; empleamos, en cambio, un registro coloquial  cuando estamos en familia o con nuestros amigos.

         Coherencia:
Todo texto recoge un conjunto de ideas que giran alrededor de u tema. Esas ideas deben expresarse en un modo determinado, de modo que el receptor pueda advertir las relaciones entre unas ideas y otras, y pueda ir avanzando desde la información conocida y la información nueva. Solo así percibirá el texto como un conjunto coherente y podrá comprender fácilmente la información. Para que un texto resulte coherente, sus ideas deben cumplir al menos 3 condiciones:
  • ­  Deben estar relacionadas con el tema que se trata o con uno de los aspectos de ese tema (principio de relación temática)
  • ­  Deben ser acorde con el contexto en el que se introducen y con la intensión del texto (principio de pertinencia)
  • ­  Deben ser compatibles con otras ideas del texto (principio de no contradicción)
Cohesión:
Hay 2 niveles de cohesión dentro de los elementos que integran un texto:
·         Nivel Lingüístico: entre palabras, frases, significados…
·         Nivel Extralingüístico: tono, ambientación, tiempo, espacio…
Tomemos, por ejemplo un enunciado aislado:
“Después de asegurarse de que no había peligro de que goteara, continuo haciéndola rechinar”.
Este enunciado aislado presenta diversos interrogantes que no impiden interpretarlo:
·         ¿Quién es la persona que realiza la acción de asegurarse y continúa?
·         ¿Quién es la persona o el objeto que realiza la acción nombrada por la forma verbal goteara?
·         ¿Cuál es el objeto que se hacia chirriar?
·         ¿A que se refiere el nombre la de haciéndola?

Todas estas interrogantes quedan resueltas si observamos ese enunciado en el contexto en el que se encuentra inserto:
“El funcionario mojo la pluma en el tintero y la miro para ver si tenia demasiada tinta. Después de asegurarse de que no había peligro de que goteara, continuo haciéndola rechinar”.
Así pues, los diferentes enunciados de un texto se relacionan entre si léxica y gramaticalmente. Por eso el texto se presenta como un conjunto trabado y cohesionado, en el que sus componentes cobran sentido.  

Corrección:
Una persona con poco dominio de una lengua determinada (un niño, un extranjero…) puede construir un mensaje que no sea conforme a las posibilidades que la lengua ofrece; los demás hablantes saben que ese mensaje no se adapta a las reglas de la lengua y, por tanto, no es correcto. Otras veces los hablantes rechazan como incorrectos algunos usos que, aunque son posibles, carecen de prestigio. En ambos casos el mensaje producido se contrasta con un modelo de lengua que se ha ido creando a lo largo del tiempo y que coincide con el que emplean los escritores y los hablantes cultos.
La corrección afecta al léxico (decimos roto y no aceptamos rompido, aunque en el siglo XVI se pudiera decir y un no rompido sueño), a la gramática (no aceptamos el casa pequeños porque sabemos que esa construcción rompe las reglas  de la concordancia), y a la ortografía. Aunque el criterio de corrección es patrimonio de todos los hablantes, la Real Academia Española fija los usos correctos e incorrectos a través de 3 tipos de obras básicas: los diccionarios, la gramática y la ortografía. La existencia de las normas establecidas en dichas obras es imprescindible para preservar la unidad del idioma.

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